REBAJANDO LA GORDURA DEL DESPERDICIO En estos días, le pegué una “requisada” a mi alacena y nevera. Como siempre, boté comida lo que me hizo sentir triste por no haberla usado antes de que se dañara. Siempre es lo mismo: se me antoja preparar algo, compro un sin número de ingredientes, sobran ingredientes, pasan los días, los boto a la basura y arranca el ciclo de nuevo. Aunque la cantidad de comida que va a parar a la basura de cuenta mía no es mucha, si sumamos todas las personas e instituciones que botamos comida, esta si es mucha. Es importante distinguir entre “pérdida” de comida y desperdicio de comida. Para esto es importante definir la cadena alimentaria que empieza con la tierra donde se siembra o se cría el animal, puntos de venta, restaurantes e instituciones y hogares. Ciertamente, alguna pérdida de comida es inevitable y la causa puede ser un clima violento,...
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