LECCIONES DE COCINA

 
                                             


Como inspiración para el artículo de junio, quise aprovechar una pregunta que me hizo un amigo por los 15 años de A La Minute. Él me preguntó si había valido la pena haberme metido en este proyecto y si extrañaba el mundo empresarial.

Inicialmente lo pensé un momento, saqué punta a mi memoria, me armé de calculadora y le respondí: Con A La Minute, llevo 15 años. Durante este tiempo hemos preparado más de 2,400 recetas diferentes sin contar los ensayos. Hemos entregado alrededor de 31 mil platos; transformado 42 toneladas de insumos; utilizado más de 13 mil libras de gas y consumido unos 40 mil kilovatios. Solamente cocinando hemos estado parados más de 35 mil horas, sin contar las horas planeando, investigando, escribiendo recetas y haciendo entregas a domicilio. Hemos recorrido alrededor de 3 veces la circunferencia de la tierra (120 mil kilómetros) solamente para hacer las entregas de los platos. No estoy contando los kilómetros recorridos para hacer las compras de insumos. Hemos hecho  70 eventos. 

Mi amigo no puso buena cara y me dijo: “Cualquiera puede hacer esos cálculos y cualquiera que tenga un negocio de comida me puede decir lo mismo.  Solo me has dicho lo que has hecho. ¿Lo que quiero saber es qué has aprendido?”


No se trata de chicanería; por el contrario, todo este recorrido me ha enseñado y mostrado muchas cosas que espero sean útiles para aquellos que están empezando a vivir y a crear una empresa. Este proyecto, que empezó como una necesidad, me ha cambiado de una forma que nunca anticipé.

La vida no es fácil ni justa. No lo fue, no lo es y nunca lo será. No caigamos en la trampa de creer que merecemos todo. Victimizarse solo te hace sentir mal y a nadie le importa. Supérate y sigue adelante.

Nunca hagas algo que corrompa tu alma y te aleje de tu ser. No pierdas el tiempo con personas y actos que contradigan tus valores, personalidad y autenticidad. Las personas no se miden por el tamaño de su billetera, sino por el tamaño de sus valores y corazón.


Prepárate bien. Que el entrenamiento sea tan fuerte que la guerra parezca un descanso. Prepararte significa investigar, experimentar, consultar, conseguir información. Los fantasmas asustan más de lejos que de cerca. Ensaya una y otra vez hasta llegar al punto de estar satisfecho, sin dejar que la búsqueda de la perfección te paralice. Lo perfecto es enemigo de lo bueno.


Si eres uno de los afortunados que saben qué quieren y a dónde van, no pierdas tu dirección. El camino está lleno de tentaciones. Desviarte un poco no significa perder el foco, es encontrar otra manera de lograr lo que quieres. Si eres como yo, encontrar el camino puede llevar tiempo, pero llega. No lo apresures ni te angusties.

La vida está llena de tareas pequeñas, poco complejas y aparentemente sin significado. Estas tareas no deben dejarse de hacer. El cumplimiento de estas nos llena de ánimo y nos prepara para realizar tareas más complejas.

La vida es un trabajo en equipo. Para llegar a donde queremos, debemos cuidar todo nuestro equipo. El equipo no solo son las personas con quienes interactuamos, sino también las máquinas que usamos, los recursos que necesitamos y el mundo en que vivimos. Todo forma parte de nuestro equipo y debemos cuidarlo y hacerle mantenimiento.

Fallaremos y fallaremos. Las experiencias fallidas son dolorosas y desalentadoras. Sin embargo, no dejan de ser lecciones para mejorar. Hay que mirar los desaciertos con amor. Tampoco debes dejar que tus fallas te den miedo y te impidan tomar riesgos.


La vida está llena de problemas por resolver. Debemos enfrentarlos. Los problemas tienden a crecer si no se resuelven. Pocos se solucionan solos. Durante el caos y la oscuridad, debemos brillar.

¿Qué he aprendido de la cocina? He aprendido a confiar en mí mismo y a creer en mí. Al principio, estaba lleno de incertidumbre y cada plato que preparaba era una tortura mental. Me hacía las preguntas obvias como:  ¿Si gustaría el plato? ¿Si lo prepararía bien? ¿Le faltaría o sobraría sal? ¿Si el acompañamiento era el adecuado? ¿Si los sabores encajaban? ¿Cómo podría mejorar el plato?

Aunque todavía me hago las mismas  preguntas y otras más, he aprendido gracias a mis clientes y a mucha investigación que estas preguntas no me torturan, sino que se convierten en un incentivo para aprender más. Para mí, no hay cliente mejor que aquel capaz de decirme si le gustó o no un plato y por qué. Cualquiera de las respuestas es una inspiración para mejorar. No hay nada peor para un restaurante, un cocinero o una persona que no se le diga la verdad sobre lo que hace. ¿Cómo vamos a mejorar si no recibimos una opinión sincera? Sin la verdad, no hay manera de progresar. No se imaginan el daño que se le puede hacer a un negocio de comida con la idea de "no les digamos nada para que no se sientan mal".

He aprendido a tener paciencia, disciplina, ser recursivo, investigador, tolerar la frustración, ser imaginativo, no desear más de lo que puedo obtener, ser empático, trabajar duro, no tener secretos, ser ordenado y limpio, tratar bien a los demás, ser exigente pero menos pretencioso y consciente. He aprendido que las ventas no son fáciles. He aprendido que marketing, publicidad y ventas no son lo mismo aunque algunos vendan su habilidad para obtener "likes" en redes como si fuera igual a recibir dinero. Señores, no es lo mismo. Con "likes" no se paga la nómina ni los servicios. 

El camino hacia el fracaso seguro es tener gastos fijos altos y no controlarlos, especialmente al empezar un negocio. He aprendido que el dinero se gana trabajando duro y que este no llega de un día para otro. He aprendido que las personas lo son todo: compañeros de trabajo, proveedores y clientes. Siempre hay que ponerse en el lugar del otro. Los clientes no siempre tienen la razón, pero hay que oírlos. Sin un buen servicio, no hay futuro a largo plazo.

¿Qué no he aprendido? No he aprendido a comer de manera balanceada, a decir no, a ser más prudente, a consumir menos dulce y mucho más. Nunca se deja de aprender. Como dice un amigo mío: "Todos los días me acuesto menos bobo"

Receta:

  • Minimiza los gastos fijos.
  • Cuida la liquidez.
  • El dinero se gana trabajando duro.
  • Orden, orden, orden.
  • Respeto, respeto, respeto.
  • Ayuda al que lo necesite de acuerdo a tus capacidades. No publiques tus ayudas. 
  • Los clientes no siempre tienen la razón, pero tienes que oírlos.
  • Construye confianza con tus clientes, compañeros y proveedores. Mantenlos informados y entrégales más de lo que esperan. Siempre diles la verdad. 
  • Tener buena ortografía y redacción nunca está de más.
  • Sin un buen servicio no hay futuro a largo plazo.
  • Se estricto con tu tiempo y el de los demás. No llegues tarde, contesta o devuelve las llamadas.
  • No des pésames ni  felicitaciones por WhatsApp y menos por un chat grupal. 
  • Asume responsabilidades, no culpes a los demás. 

 

 

 

Comentarios

  1. Me ha encantado este balance, te muestra de cuerpo entero y explica por qué has alcanzado 15 años con amor a lo que haces y perseverancia.

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