PEQUEÑAMENTE GRANDES

 


                                                                  


Los ingredientes que más contribuyen al sabor son aquellos que ocupan el menor espacio en un plato. Estos ingredientes son los que vienen de partes de las plantas. Algunos sabores emanan de las semillas, de la corteza, de sus hojas, de sus raíces, de la cáscara de sus frutos, de los pétalos y pistilos de las flores. Estos ingredientes, utilizan muy poco espacio en el plato, pero su inmenso poder es capaz de superar el tamaño de este. Por lo general, son los últimos en adicionársele a una receta, sin embargo, son los primeros que percibimos cuando nos llevamos algo a la boca. Es más, inclusive los alcanzamos a sentir mucho antes de que lleguen a ella.  Para los cocineros, estos ingredientes son una guía que ayudan a pensar en el resultado final de un plato. Mucho antes de añadírselos a una receta, nos imaginamos a lo que va a saber la preparación. Estos ingredientes están repletos de moléculas de sabor y por esta razón son capaces de transportarnos al universo de los sabores. Aunque cada elemento en una receta contribuye a crear un gusto único, son los ingredientes provenientes de las plantas, los que más contribuyen al sabor.

Rara vez, planeamos un plato con base en estos componentes. Siempre los subestimamos, por lo general las estrellas de un plato son el pollo,  el pescado, las res  entre otros. ¿Qué harían el pollo y el pescado sin estos ingredientes? Todo sabría como a lo que era el universo antes de su creación, un nada absoluto. Yo creo que nuestra falta de amor por ellos se debe a que no nos los presentan como nos exhiben los pimentones de diferentes colores, los tomates con sus diversos tamaños y colores, las aburridoras lechugas verdes, los pescados sobre camas de hielo que inspiran frescura. Estos ingredientes en su gran mayoría, nos los ofrecen en frasquitos y bolsitas inertes que no provocan sino lástima. Por esto, nos los imaginamos como una añadidura, como algo para decorar.

Sin embargo, por mucho que los subestimemos, hacen parte del inventario de nuestra cocina. Hay días en los que nos levantamos con Gasterea (musa de la cocina) alborotada y ellos son el soporte de nuestros buenos platos. Hay días también que Gasterea no aparece y esos ingredientes en frasquitos y bolsitas nos espantan, nos abruman.

 En el libro The Art of Flavor de Daniel Patterson y Mandy Aftel los autores nos dan una guía maravillosa para cuando Gasterea no parece; es lo que ellos llaman la “La brújula del sabor”. Esta nos ayudará a ir en la “dirección adecuada” (mi traducción) mostrándonos las semejanzas y diferencias de los sabores de los componentes de cada grupo de ingredientes. Según Patterson y Aftel, el propósito es ayudar al lector a desarrollar una afinación e imaginación para así poder conectar con los ingredientes de una manera fácil.

 ESPECIAS

                                                                  


Provienen de semillas, raíces y cortezas de plantas que pareciera que fueran sacadas del libro Aladino y la lampara maravillosa. Son exóticas, profundas, misteriosas. Las especias, son la familia de ingredientes con los sabores más intensos y enriquecen de gusto otros componentes, no solo proporcionándoles nuevos sabores, sino ampliando los propios. Son potencializadores del contraste y en el acorde de sabores, son aquellas notas de la mitad, ni muy altas ni muy bajas.  Son ingredientes intensos y con picos. Se deben administrar (agregar) con cuidado y en cantidades modestas. Debemos saber que su sabor cambia con el calor (cocción), unas veces se amansa y en otras ocasiones se intensifica dependiendo de la especia.

HIERBAS

                                                                  


 Son las hojas aromáticas de algunas plantas y con ciertas excepciones, sus compuestos volátiles (aroma) disminuyen después de su recolección. Es por esta razón, que muchas de estas hierbas pierden su sabor cuando se secan. Las hierbas son mejores cuando se usan frescas. Contrario a las especias que nos recuerdan lugares lejanos, las hierbas nos dan sensación de frescura, nos llevan a la huerta y nos acercan a la casa. Las hierbas son hogareñas. Como grupo, el sabor de sus miembros no es tan disímil como el de las especias. La razón de ello es que, muchas de las hierbas comparten las mismas moléculas aromáticas. Esta semejanza en sus moléculas permite que las hierbas se combinen fácilmente entre sí. Los sabores de algunas son como notas altas en el acorde (yerbabuena y albahaca), mientras que otras como el romero y la salvia equivalen a notas medianas que se sienten mejor cuando se cocinan.

CÍTRICOS

                                                                 


Muchos de ellos son aromatizados en casi todas sus partes: flores, corteza, jugo y hojas. Sin embargo, la mayor concentración de aroma y sabor (aceites esenciales) la encontramos en unas glándulas que se encuentran en la parte de afuera de la cáscara. Los cítricos, dan brillo a las recetas y son especiales para amarrar sabores entre sí. Los cítricos, son especiales para juntar ingredientes con sabores muy disímiles.  Los cítricos tienen varias facetas, mientras unos son muy ácidos otros son amargos como el kumquat, otros son dulces como algunas naranjas.

FLORES

                                                                    


Son más usadas en otras culturas. Las flores se usan secas, frescas y hasta destiladas como esencias (agua de rosas). Es muy común adicionarlas a las mermeladas y siropes. Además de sabor y aroma, agregan color y belleza a un plato. Las flores no se deben calentar. Se usan en platos fríos o que no necesitan cocción. Las flores de algunas hierbas como la albahaca, romero, eneldo, tomillo entre otros, son de sabores delicados que conservan el espíritu de la hierba de donde fue obtenida. También suavizan, redondean y hasta unen los sabores altamente puntiagudos de algunas especias. 

Las pequeñas diferencias químicas entre miembros de una familia pueden crear mundos aparte inclusive en aquellos cercanos como, por ejemplo, el limón Meyer y el Tahití; canela y clavo de olor; menta y albahaca.

En la próxima entrega veremos ejemplos de miembros de estas familias, y como estos por si solos, ayudan a construir sabor o bien, cómo juntos con otros de similar composición molecular, construyen otros sabores.

Fotos sacadas del internet. Todos los créditos para los autores

 

 

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