¿POR QUÉ SIEMPRE TENEMOS ESPACIO PARA EL POSTRE?
Se dice que, el adulto promedio piensa consciente o inconscientemente, en postre cada siete minutos. No sé si esto es verdad o no, pero lo que sí es verídico es que el cuerpo humano se ha adaptado para consumir comidas con un alto contenido de calorías.
Comer postre, inclusive después de saciarse, es lo que
se conoce como “estómago del postre”. Aunque no se sabe a ciencia cierta porqué
las personas tienen “estómago del postre” si se conoce la razón de porqué
siempre tenemos un huequito para saborear algo delicioso y dulce.
El azúcar,
estimula un reflejo que expande el estómago. Este, es un órgano flexible que
cuando se ingiere un alto volumen de comida, se relaja haciendo así espacio
para más comida. La sensación de llenura está relacionada con la presión dentro
del estómago que, a su vez está ligada a la cantidad que se expande el estómago
para recibir el alimento.
La impresión de saciedad se manifiesta una vez el
estómago sobrepasa cierto límite de expansión de sus paredes. En ese momento impulsos
nerviosos y mensajes químicos son enviados al cerebro que instruye al cuerpo
para dejar de comer.
Aparentemente, existen tres factores que desencadenan
el reflejo de relajación del estómago. Primero, la apariencia, el aroma, el
masticar y el tragar de los alimentos. Segundo, la presión que ejerce la comida
ingerida en las paredes del estómago. Tercero, la manera cómo el duodeno categoriza
la comida ingerida. El azúcar estimula
el reflejo de la relajación reduciendo así la presión en el estómago y la
sensación de llenura.
El otro sistema que controla la cantidad de alimentos que ingerimos es
bastante complejo y se encuentra en el cerebro. Este controla nuestra
motivación y el placer que nos proporcionan los alimentos. Los dos sistemas
están en continua comunicación y han existido en armonía por miles de años. Estos mecanismos, han servido bien al hombre durante milenios y en un
ambiente donde el consumo de alimentos sin alto contenido de calorías había
sido la norma.
Hoy en día estamos rodeados de postres y comida
chatarra llenos de calorías creando un desbalance entre los dos sistemas, donde
la sensación de llenura no está en capacidad de anular la poderosa sensación de placer enviada por
el cerebro.
El problema es que no sabemos cuándo parar de comer
dulce. El tatequieto que nos obliga a dejar de consumir carbohidratos, dulce en este caso, se
encuentra unos cinco metros más abajo del estómago, en la parte inferior del
intestino delgado. Mientras que el freno para dejar de comer grasas se encuentra en la parte superior del sistema
digestivo obteniendo así una respuesta más rápida al exceso de consumo de
grasas. La saciedad por grasas se siente más pronto que la saciedad por dulce.
Pero ¿Que podemos hacer para controlar las ansias de
comer más? Existen varias estrategias, pero ninguna es infalible. Todas
coinciden en que lo mejor es el autocontrol. Por ejemplo, una nieta del famoso revolucionario León Trotsky,
la Dra. Volkow, dice que la comida puede
ser adictiva tanto como las drogas, el cigarrillo y el alcohol. La mejor
estrategia para dejar de consumir azúcar dice la investigadora, es enviar
mensajes conscientes al cerebro diciéndole no al consumo de dulce. Estos mensajes conscientes y previos al
consumo de dulce son más eficientes que dejar al cerebro actuar por sí solo.
Existe otra opción que, en mi caso que soy dulcero, la
prefiero. Es la de ingerir un poco de dulce para calmar las ansias. Una
probadita puede ser más reconfortante y menos estresante que la de no probar
nada absolutamente. Sin embargo, el balance perfecto entre la abstención total
de azúcar e ingerir poco de algo muy bueno, es bastante difícil de alcanzar.
Cuando me puse en la tarea de investigar para escribir este artículo, estuve motivado y en algún
momento creí que iba a encontrar la solución a la maldición del dulce. Sin embargo,
encontré que siempre va a haber espacio para un poco más….
Receta:
FLAN
Porciones: 6 - 8
Utensilios y aparatos:
Licuadora
Sartén
Molde para el horno
Recipiente para el baño María que se pueda llevar al horno
Ingredientes
- 2huevos batidos
- 1lata (350 ml.) de leche condensada
- 350 ml. de leche
- 1cucharada de vainilla
- Para el caramelo
- 1 taza de azúcar
- 2. cucharadas de agua
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