¡ QUÉ RICO COCINAR!
¡QUÉ
RICO COCINAR!
¡Ahhhh!
el placer de cocinar. Soñar que soy un
chef de la televisión y disfrutar de un plato que vi preparar en el canal
Gourmet.
¿Se
ha puesto a pensar lo costoso en términos de tiempo y dinero que es cocinar?
Piense
qué va a preparar (siempre tendemos a cocinar lo mismo, por muchos libros,
revistas y programas de televisión que veamos).
1. Revise si tiene los ingredientes. Se da cuenta que
tiene muchos productos vencidos; aprovecha y limpia la nevera de coquitas con
productos decorados con hongos peludos de todos los colores.
2. Haga la lista de ingredientes (¿Cómo calculo las
cantidades?).
3. Vaya al supermercado (siempre me toca el parqueadero
más lejos y los carros vecinos le dan portazos a mi carro).
4. Consiga el carrito de mercado (que no tenga alguna
rueda chueca y el mínimo de bacterias adheridas al manilar).
5. Trate de acomodar el carro por un pasillo (no falta la
persona que cree que es la única en el supermercado y atraviesa su carro).
6. Escoja los ingredientes siempre tratando de adquirir
empaques que tengan la cantidad exacta de producto que necesita para que no sobren y se dañen (inexistentes).
7. Haga la fila en la caja (me recorro todas las cajas y
calculo cuál tiene menos productos. Me toca el empleado más lento).
8. Empacan los ingredientes en un sinnúmero de bolsas
súper pesadas (¡me tocó subirlas al ascensor!).
9. Desempaca las bolsas y se da cuenta que le falta
espacio para guardar todo (¿para qué fue que compré esto?).
10. Ármese de valor y comience a cocinar (¡lavar y cortar
ingredientes! Me sobró media mata de apio, ¾ de zanahoria, 1 mililitro de salsa
soya, ¿Qué hago con el cuello del pollo?).
11. Estrene
(ensucie) las ollas y sartenes que anuncian como mágicas, revuelva y revuelva,
hace un pegote en el fogón, se quema las manos. ¡El mesón de la cocina parece
un campo de batalla! (¿Ya estará listo el pollo o lo dejo 5 minutos más, pero
será que me queda muy seco?) ¡Juemadre, se me olvidó comprar un ingrediente!
(siquiera porque este platico me costó un ojo de la cara).
12. Se sienta frente al televisor a disfrutar de su esfuerzo físico y financiero, a ver la última parte del programa que se perdió (¡Ummm quedó rico! me estoy especializando en esta receta tengo que ensayar otra).
13. Lleve el plato
a la cocina y el hambre que ya sació se
le convierte en un tormento de solo pensar
todo lo que tiene que lavar, limpiar y guardar (¡Uyy, dejé una parrilla prendida!).
14. Lo atacan un montón de pensamientos: ¿ Por dónde
empiezo? ¿Por la olla más grande? ¿Por la más pegada? ¿Guardo lo que me sobró?
No me queda una coquita más (todas están ocupadas) ¿Qué hago con esta
zanahoria? Esta vez me sobraron más ingredientes. ¡Tengo que trapear el piso! ¡Qué mercado tan
caro! Tengo que ahorrar agua (la última cuenta de servicios me llegó altísima) ¿Cuánto
durará esta comida en la nevera? Esta sí me la como rápido y no la dejo dañar. Tengo
que trabajar en el informe.
15. Termina el proceso a las 10:58 pm y se pone a preparar el informe que tiene que
presentar al día siguiente a las 7:30 am
En A LA MINUTE hacemos todo esto para que puedas comer rico
y sano y puedas utilizar tu tiempo como
lo prefieras. Pedidos al 311 600 4880
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